Freixenet, ejemplo de cómo agotar un clásico

Freixenet celebra este año su centenario y la verdad el patio anda revuelto, sobre todo por la postura contraria de su presidente Josep Lluís Bonet al independentismo catalán.

Freixenet ha sido una marca boicoteada por ambos bandos.

En España por ser una marca catalana

Y desde Cataluña por su posición contraria a la independencia.

La marca del cava catalán más internacional de España, lanza su campaña para este año “Por los próximos cien años juntos”.

Con un brindis que lanzan el cantante David Bisbal y la actriz María Valverde.

Es obvio que la marca catalana sigue con un desarrollo de la campaña centrado en la televisión y la publicación en sus redes sociales.

La marca sigue con el mismo paradigma de ser uno de los anuncios clásicos de la Navidad.

Sin más ideas que centrarse en declarar a toda costa su posición política y su típico cóctel de chica burbuja de cava con famosos.

En mi opinión, Freixenet ha perdido la oportunidad como año tras año de sorprender con algo distinto.

Y dejar a la controversia política su “publicity”.

Prueba de ello, es que Freixenet pierde ventas en el mercado nacional y vive principalmente de la exportación y de los mercados internacionales.

Aún así la marca sigue apostando por la melancolía y la morriña y tira de lo esperado reforzando su marca a todo costa sin tocar un ápice los atributos de marca que posee.

¿Freixenet sigue la máxima de no tocar lo que funciona?

Obviamente si, y quizás sea lo correcto.

Pero difícilmente esperamos algo nuevo de la empresa familiar.

Ni tan siquiera ha adaptado la web de forma responsive.

Freixenet
Freixenet

Tampoco ha creado versiones del anuncio que puedan empatizar con el cliente usuario.

Tan solo el making of del anuncio como subproducto interesante del típico anuncio.

El mensaje es un mensaje político rebozado con melancolía.

La campaña de Freixenet de este centenario 2014, es una campaña de lo siempre, insulsa.

No crea al usuario experiencia de la que participe y pueda darle a la marca una fidelidad que tanto busca la marca.

Quizás el paradigma político, tema que desgasta a la marca.

Que no le permite evolucionar en sus planteamientos de marketing.

Quedándose rezagada de los nuevos cambios, sin entender nada de los que supone la revolución de la comunicación.

Y por supuesto sin atender a los nuevos públicos.

Freixenet ,es una marca global que debe ponerse las pilas.

La fórmula se agota.

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