Volvemos a la carga con el diario de Anaïs Darder, en esta ocasión he decidido cambiar el formato, publicando los viajes de Anaïs día a día. Creo que será mucho más ameno.Y de esa forma puedo aumentar la frecuencia de las publicación, así nadie pierde el hilo. Bueno, retrocedemos en el tiempo al 7 de junio de 2011, lugar Huayyaijiew…

Anais in the world
Anais in the world

Como viene siendo habitual, me levanto temprano. Hay mucho que hacer hoy. Tengo que censar a los peques que formarán parte de nuestro parvulario/albergue, el que vamos a construir. Para ello, voy al que ahora mismo se alza, que está en muy malas condiciones y que sólo tiene capacidad para unos 25. Les hago fotos de uno en uno… son peques de 2-3 años que nunca han visto una Falang (una blanca), y muchos lloran sólo de ver que me acerco… poco a poco me gano su confianza, aunque voy con la cámara de la TV, y eso no lo hace más fácil. Tomo los datos de todos, con la inestimable ayuda de Bee, porque yo, thai, no tengo ni idea de escribir… una vez leí que alguien describía las grafías thais como “tallarines tirados de cualquier manera”, y no podría estar más de acuerdo. Me  traen a los otros 60 peques que acogeremos también. Los censo a todos… y se nos hace tardísimo… es una ardua tarea… trabajar con peques es complicado, y mucho más cuando existe la barrera del idioma!

Anais in the world1
Anais in the world1

De ahí me voy al cole donde van nuestros 200 niños. Conozco a los profes, superviso que las comidas que les pagamos en el cole estén bien, que todo en general funcione como debe… paso mucho rato con ellos… (Y veo que los que no son nuestros, también necesitan… una manita…) y los demás, curiosos… acaban también a mi alrededor. Incluso los profesores! Hay un profesor, que va vestido con pantalones de pana, es algo y muy delgado… y estamos a 40 grados!!!! La pinta del hombre es para verla… luego me cuenta Bee, que él le preguntó si el “falang”  que venía era hombre o mujer, y al saber que era mujer, se fue a cambiarse… Jajajaja… sin siquiera haberme visto! Él nunca había visto un “falang” mujer.

Anais in the world2
Anais in the world2

De ahí me fui a seguir con el censo de las familias de acogida. No sé si os conté que nuestros más de 200 niños, en su mayoría son refugiados, o niños sacados de las calles, que se quedaron huérfanos tras el tsunami. Nosotros les trajimos al norte, hicimos un hogar para ellos, pero decidimos, en este caso de trauma… buscar familias de acogida para ellos a pesar de seguir manteniéndoles, y cuidando un higiene, alimentación, educación y salud. Vienen cada día al centro, pero cada noche, van con sus nuevas familias. A esas familias regularmente las apoyamos con alimento, y el proyecto de ganadería, agricultura y formación profesional está orientado a ellas. Para que en un futuro, cercano, sean independientes y se autoabastezcan y autogestionen. Quiero actualizar datos de las familias… los miembros que integran cada una y eso… y bueno… se hace largo y pesado, pero quiero hacerlo bien. Hay 4 barrios en esta aldea, así que voy al primero. Me encuentro con la gente del barrio, y nos sentamos en una especie de tarima a seguir con el censo… quien no sabe firmar, pone la huella digital. Una mujer me propone un trato… y es que quiere que le traiga un Falang (un blanco) para ella… y que sea guapo, y yo le digo que si ella me trae un tailandés guapo yo le traigo un falang guapo, y todas se ríen a pleno pulmón. Es como estar en una reunión de marujas, sólo que estás van todas descalzas por la tierra, les faltan muchos dientes… y hablan raro, Jajajaja! Pero en esencia, son iguales!

Anais in the world3
Anais in the world3

Una de las chicas del barrio, se acerca a mí y me indica que quiere llevarme a un lugar. Entramos en una casa que está más desastrada de lo normal(que es mucho)… está sucia… oscura… al entrar, el olor me da una bofetada y encuentro una señora viejita semidesnuda con los pechos al aire… desorientada… y la chica que me ha llevado hasta allí me cuenta que está abandonada…que sus hijos se han ido a trabajar fuera y ella está sola. Que se la han encontrado jugando con sus propios excrementos… que entre toda la gente del barrio se han hecho cargo de ella… lavándola, dándole de comer… y mientras me lo cuenta, abrocha con cariño la sucia camisa que deja al descubierto todo el torso de la señora. La historia me conmueve… porque es triste pero, llena de ternura… Porque no creo que en otra sociedad hubiese pasado como aquí, que la gente del barrio, turnándose, se hiciesen cargo de cuidar y alimentar a una señora abandonada, y con una demencia senil o Alzheimer. En el primer mundo, que alardeamos de civilizados, seguramente no habría sucedido.  Y ese pensamiento me avergüenza. Le prometo que vamos a ayudarla. Y mando, inmediatamente, a alguien a traer alimento para la señora para un mes. Y me comprometo a que, mientras estemos aquí, no le falte. Me voy de allí afectada… sobre todo por saber, que no puedo hacer más.

De ahí me voy a buscar una pizarra para las clases de inglés, y me es imposible encontrar…

La superpatata
La superpatata

Voy por primera vez al templo budista del pueblo, también residencia de los monjes. Yo, que voy a cuestas con la cámara d TV comienzo a grabar a unos monjes que hay sentados, a cierta distancia, pero veo el amago de uno de ellos de dirigirse a mí, y apago repentinamente la cámara, sintiéndome un poco culpable por que sientan que les he faltado el respeto de algún modo… y ante mi sorpresa, el monje me suelta: “Welcome” ante mi estupefacción… jejeje… Aquí nada deja de sorprenderme.

Anais in the world5
Anais in the world5

Hoy es martes y hay mercado, así que vamos a comprar verduritas y tal… Los puestos son ambulantes, de madera desmontables. Y hay uno en particular, de carne, que a mí me da verdadero asco y que ellos asumen con naturalidad… está lleno de moscas… y lo peor es  que cuando te acercas a ver que esa niebla son, efectivamente, moscas… te das cuenta de que lo peor es el olor. Pero no me quiero recrear en eso… pero Chus, seguro que les precintabas el puestecito!

Hoy he aprendido: Nik noi que significa: un poquito

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